Según las reglas de la gramática cuando vamos a incluírnos en la mención de un grupo de personas, quien habla se menciona de último. Ejemplo: lo correcto es decir Tu y Yo en lugar de Yo y Tu.
Cuando Josué dijo : pero yo y mi casa serviremos a Jehová, Josué no estaba violando esta regla gramatical sinó que respondía a un principio espiritual. Yo como sacerdote de Dios en el hogar, tengo la responsabilidad de guiar mi familia en el camino de la verdad.
Es por eso que al nacer nuestros hijos los presentamos delante de Dios en el altar, los dedicamos a El y los instruímos en el conocimiento de su palabra durante su crecimiento.
Una vez que llegan a adultos y pueden tomar sus propias desiciones, aplicamos las reglas del hogar, pero no les podemos obligar a que sirvan a Dios.
En esta etapa nos paramos con firmeza a establecer lo que está escrito, que mi casa será salva, como Job, intercedemos por los hijos para que entren en el cumplimiento de esa promesa, sabiendo que si nos desviamos nosotros ni yo ni mi casa vamos a poder servirle al Señor.
Si yo no le sirvo, aunque mi casa le sirva no se ha establecido el orden de Dios en nuestro hogar.
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