Friday, July 15, 2016

Mi Hijo, no se me junte con Fulano!



Si partimos del principio de que El  Prodigo era hijo de un hombre rico, podriamos concluir que había recibido una buena formación, había sido criado bajo los preceptos y principios de una familia sana.
Podríamos llegar a la conclusión de que las costumbres de su familia judía le eran muy bien conocidas. Sabía que se estaba exponiendo a convertirse en una afrenta para su familia.

Para echar por el suelo todos los principios, valores, costumbres de una familia sana, tuvo que haber una voz de afuera que le hablara de otras cosas opuestas a las que desde niño había escuchado en su casa, en la sinagoga, en encuentros familiares, en el círculo en que se mueve su familia.

Tuvo que venir un "best friend", "una bestie", "un pana" desde la Provincia Lejana a hablarle cosas que nunca había escuchado en el seno de su hogar, a mostrarle practicas que nunca en su vida vió, que van en contra de las practicas de su familia.

Cuando los padres le dicen a un hijo "no me gusta esa compañía que tienes con esa persona”, los padres saben perfectamente lo que estan hablando.

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